Mi afición por la fotografía venía de años atrás. Todo empezó en la escuela pública de Briviesca, antes Teresa Arce, ahora Juan Abascal. Allí se presentó un fraile de la Salle "reclutando vocaciones". Con casi 12 años me apunté e ingresé en un internado en el convento de Bugedo de Candepajares. Fueron cinco años muy complicados, de farsas, hipocresías, postureo, temor de Dios, condena eterna, castigos, cilicios, una constante sensación de culpa, misas diarias, oraciones que solo eran palabras bonitas pero vacías (puro teatro); de religión con sangre entra, auto humillación, un gran tortazo con la mano abierta en el oído izquierdo que me dejó casi sordo durante unos tres días y siempre con la espada de Damocles de la expulsión. Me resultaron eternos e infelices. Era como vivir en una burbuja aislada del, según ellos, pecaminoso mundo exterior, cuando en realidad el "alien" estaba dentro. Casi desde el principio tuve claro que aquel sitio no era mi lugar y aguanté esa farsa echándole teatro. Querían que todos fueran amigos de todos, no soportaban el tener un amigo especial, supongo que para evitar ciertas tentaciones de "la carne", lo que nunca consiguieron. La homosexualidad era tabú pero estaba presente y siempre tapada por el silencio cada vez que se producía una expulsión. No lo consiguieron. Intenté aprender lo máximo que pude con vistas a que me sirviera para el futuro que se me presentaba incierto en el pueblo.
Pero no todo iba a ser negativo. Recuerdo que los sábados daban a elegir entre jugar al futbol o hacer travesías por el monte. Bugedo está rodeado de paisajes montañosos preciosos y lugares para pasear muy agradables. La elección era siempre la misma: Pasear por el monte con tal de salir fuera de los muros del convento donde no sentía la presencia de ese Dios ficticio que tanto se "trabajaba" e invocaba. Era precisamente en plena naturaleza donde más creí percibirlo, pero era una ensoñación. Al grupo de "montañeros" nos acompañaba a modo de monitor un Hermano que solía llevar una cámara de fotos. Tras unas semanas se exponían las pequeñas fotos en blanco y negro que nos sacaba en las travesías y si nos interesaban, las comprábamos. Me atraía tanto la fotografía que incluso convencí al "fotógrafo" para aprender cómo revelarlas en un pequeño laboratorio ubicado en el convento, fuera de la zona del Aspirantado. Era magia ver aparecer en un cartón sumergido en el líquido revelador aquellas imágenes que había atrapado con la cámara, todo bajo una luz roja muy especial.
« Me queda más tinta en el tintero pero prefiero callar porque no me gustaría involucrar a nadie. De lo contrario, seria tremendamente injusto, porque creo que yo puse más interés y deseo en buscarlo. Egoístamente recibí más de lo que di. Recordarlo es motivo de una gran satisfacción para mi. Nunca lo olvidaré porque fue como un balón de oxígeno entre tanto CO2. »
Me consuela pensar que eran otros tiempos que pertenecen al pasado.
Pues al final parece que se ha quedado buena tarde jjj.
Montes Obarenes. Paseos por el entorno de Bugedo.
Unos años después, en las navidades de 1977-1978, me hice por fin con mi primera cámara de fotos marca Beirette que aún conservo. Sin embargo, no podía imaginar que su estreno coincidiría con una de las nevadas históricas que han caído en Briviesca. Bien es cierto que sucedieron otras nevadas de gran grosor a lo largo de los años, pero ésta fue especial, porque produjo un gran colapso en la ciudad y en la carretera nacional. Muchos conductores de camiones y vehículos quedaron bloqueados y tuvieron que alojarse en dependencias que el Ayuntamiento puso a su disposición así como en casas particulares.
Y para muestra, las siguientes fotos que fueron sacadas después de la gran nevada, cuando la capa de nieve se había apelmazado y su grosor había empezado a reducirse en parte, por el movimiento de vehículos y personas y el natural derretimiento.
Lo primero que vi cuando me asomé a la ventana.
Piscinas municipales.
Vestuarios de las piscinas.
Calle San Héctor Valdivielso.
Casas cercanas al monte de los pinos.
La N1.
Plaza Mayor.
La capa de nieve que cayó se aprecia en el coche de la derecha que es el que conservó su grosor a pesar de los manotazos.
A la izquierda, un coche de matrícula extranjera.
Ya había pasado lo peor y poco a poco se iban despejando las calles .
Calle Mayor.
Plaza Mayor. Al fondo furgonetas de la compañía Laing que construyó la Autopista.
Peña del Elefante Después de catorce años vuelvo a visitar esta interesantísima peña, con el fin de enseñar a Pedro lo que esconde en su lomo. Se trata de un extenso altar excavado encima de la peña, con multitud de formas antrópicas que destacan más claramente gracias a los rayos oblicuos producidos por el solsticio de invierno. La pareidolia nos hace recordar a un elefante sedente, pero guarda muchos secretos. Como han crecido bastante los arbustos de la espalda, me ha resultado complicado localizar algunas cruces de estilización humana grabadas en la roca. Clicando en este enlace se pueden contemplar con más facilidad. Otro de los motivos de visitar esta peña sagrada era la grabación de un vídeo con medios más actuales, que permiten la visión de este magnífico lugar ancestral en todo su esplendor. "El trono" Encima de la cabeza del elefante. VÍDEO ELABORADO POR KEPA B. RUANO:
9-12-2024 En vista de las previsiones meteorológicas de nieve que se presentaron los días anteriores, el día 9 (festivo), nos acercamos a Miraveche para dar una vuelta por sus alrededores. Aunque la cota de nieve se preveía más baja, al final quedó sobre los 800 metros sobre nivel de mar que es donde se sitúa Miraveche. A partir del mismo pueblo y a medida que nos acercábamos a la zona donde se encuentra la recreación de una necrópolis autrigona, la nieve se hizo evidente. Como no era la primera vez que fuimos, aquí os dejo el enlace de la anterior visita, clicando aquí. A medida que nos acercábamos a la necrópolis la capa de nieve engrosaba. Los últimos doscientos metros. Los montes Obarenes que cobijan este paraje estaban muy cargados de nieve. El día estaba muy gris, cayendo aguanieve en todo el trayecto y con mucho viento. Toda la información se encuentra bien detallada en los carteles. Panel original de otra visita. Cuando la...
Hayal de Petralata 9-11-2024 Teníamos previsto visitar este hayedo en otoño desde mediados de Octubre pasado. La decisión de retrasarlo hasta el día 9 de noviembre fue simplemente una cuestión visual ya que las tonalidades de las hojas adquieren un rango de color más intenso y variado. Fue una decisión personal ya que me gusta la mezcla de tonos amarillos, rojizos, verdes junto con ejemplares jóvenes que ya habían perdido sus hojas. Para ello comenzamos la ruta desde el pueblo de la Aldea del Portillo, Municipio de Oña, con un tiempo gris donde los montes que albergan este hayedo se encontraban cubiertos por la niebla. El primer tramo de subida en dirección al Portillo de Busto lo hicimos por la misma carretera para luego salirnos de la misma por un camino bien marcado. Durante el trayecto se cruzan diversas rutas bien señalizadas. El cielo fue aclarándose muy poco a poco a medida que ascendíamos. Vista del hayal desde el tramo que hicimos...
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