Alrededor de Turrientes hay hermosos hayedos con soberbios ejemplares. Sin embargo hay uno que destaca sobre todos ellos. Se encuentra en la confluencia de dos arroyos, el Romancho y el Valbuena. Su porte es majestuoso. Frente a él uno siente el impulso de rodearlo lentamente observando sus formas de cuento y sus ramas entrelazadas. Es algo casi mágico; también lo es pensar que ha sido testigo en sus tiempos mozos, cuando era un ejemplar terso y espigado, del paso de algún que otro caballero del Medievo, y que en su remanso, si no testigo, compartió igualmente tiempo con cientos de guerras y aconteceres históricos. El entorno la verdad es que da para muchas ensoñaciones y reflexiones. Los escasos ejemplares de esta edad que aún existen suelen estar bastante ajados y desmembrados. Éste sin embargo luce esplendoroso, y tras visitarlo uno le desea larga vida en su pequeño remanso al margen del resto del mundo. Quizás ese sea su secreto. (Fuente: Lube ) ...