Hace unos cuantos años que un amigo me insistió en subir hasta la diminuta ermita de Santa Marina que se encuentra a unos 1.100 msnm. y se accede desde el pueblo de Huéspeda .Me aseguró que me gustaría mucho el lugar. Se suponía que la ermita estaría en ruinas.
La verdad es que me daba pereza ya que para llegar a ella es necesario remontar el valle y subir hasta el nivel del alto páramo de Masa. El miércoles santo cogí los "bártulos" y me fui hasta Huéspeda. Hacía mucho calor (unos 24ºC) que aunque aparentemente no son tantos, para este tipo de travesías (al menos para mí) me resultan sofocantes.
El camino comienza casi al final del pueblo y es muy amplio. En las afueras del pueblo no pude evitar salirme del trayecto para sacar unas cuantas fotos a los últimos cerezos que pronto dejaría atrás, puesto que a partir de entonces los pinos, encinas y quejigos tomarían el relevo, cubriendo las faldas del monte sin solución de continuidad.
El sol y el calor me aplanaban, pero sin darme apenas cuenta, ya había remontado a los altos. De repente el alivio término fue muy evidente. Calculé una diferencia de casi diez grados con respecto a Huéspeda.
Antes de alcanzar la ermita, serpenteando el gran cortado, me topé con varios puestos de vigilancia de cazadores (supongo). También había pequeñas fincas cercadas con tapias de piedras.
Nada más llegar a la ermita percibí que estaba en un lugar especial, Había algo en el ambiente que me producía positivas vibraciones. La "nanoermita" estaba restaurada y solitaria, casi al borde del cortado. Esa sensación extraña desaparecía cuando uno se alejaba de ese punto para conseguir las imágenes desde los mejores ángulos y perspectivas. Pudiera ser autosugestión o lo que fuera pero era consciente que ese lugar no tuvo que pasar desapercibido y resultar muy atractivo no solo para las gentes que hicieron la ermita, sino para los antiguos pobladores de esas tierras. Es como la frontera entre dos mundos separados por un cortado y un desnivel enorme. La frontera entre el frío y alto páramo de horizontes interminables y la balconada al profundo, exuberante, enorme y cálido valle de las Caderechas cercado de montañas hasta el horizonte más lejano. Pero la sorpresa fue cuando entré en el edículo de la ermita y vi el pequeño pero bien construido ábside y la hornacina central vacía donde se supone se colocaría una talla de la Santa. Observé con detalle el ábside y llegué a la conclusión que es muy antiguo, del más puro románico. Esto me hizo pensar que estaba en (tal vez) la ermita románica más pequeña de...("prefiero que los límites los pongáis vosotros") . Increíble. Nunca había visto algo semejante. El ábside que hace de altar, en su parte exterior, es cuadrado y macizo lo que explica que en un lugar así se haya podido conservar a pesar de las condiciones climáticas durísimas que haya tenido que soportar durante tantos siglos.
Puede que parezca que soy muy sugestionable dejándome afectar por sentimientos y presentimientos espirituales y a la vez contradictorio cuando algunas veces saco a pasear mi "escepticismo agnóstico", pero lo cierto es que son poquísimos los sitios donde percibo este tipo de sensaciones y vibraciones difíciles de explicar. Ahora, ni los recuerdo.
Pero me pregunto, ¿porqué en este lugar tan alejado de cualquier pequeño núcleo de población?. ¿De dónde proviene la devoción a Santa Marina en aquestos lares?. ¿Qué existió antes en el lugar donde se construyó la ermita?. Tal vez un monumento prehistórico funerario o un altar de épocas remotas?. Ahí algo hubo y lo presentí.. Quizás sea producto de mi imaginación...o no.
A sí es que os emplazo a que subáis a la ermitilla y tiréis por tierra lo que sentí. Os va a resultar dificil, que conste.
Como siempre digo...En las Caderechas no son siempre frutales en flor todo lo que reluce. Es mucho más que eso.
Rincón ajardinado de una casa
Los últimos cerezos en flor antes de adentrarnos en el monte forestal
El camino de ascenso a la ermita es amplio y los parajes que atraviesa son de singular belleza
Las peñas de los cortados antes de encumbrar
Nada más encumbrar aparece por sorpresa el gran páramo de Masa con algunas fincas abrigadas por tapiales
No se si son puestos de vigía de observación de aves o puntos de camuflaje para la caza. Me temo que lo segundo.
Los escasos pinos del páramo retorcidos y torturados por la dureza del clima en la paramera
Panorámica del valle Las Caderechas desde los Altos.
Ermita de Santa Marina a unos 1.100 msnm. Hay quien me ha dicho que tiene forma de horno como alusión al martirio que sufrió la Santa
Nada más ponernos enfrente ,se puede apreciar el hermoso y minúsculo ábside románico
La bandela del Atletic Bilbao ondea en el pico llamado también de Santa Marina (1.153msnm)
Detalles del ábside con su hornacina.
Pequeño ventano desde el interior
El mismo ventano desde el exterior donde se aprecia la fuerte erosión de la toba
Acabo de recibir esta imagen del estado en que se encontraba en el 2008. A pesar de estar en ruina se aprecia su auténtica estructura románica. Me parece un gran documento al encontrarse actualmente muy remodelada. Muchas gracias Miguel Vivanco.
Panorámica de las Caderechas mirando al sur. Detrás del monte central se encuentra la Peña Cironte (Hozabejas)
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